La creencia de que donde comen cuatro comen cinco es una majadería de primer orden. Comer cinco donde comen seis ya es algo más razonable. He dicho.
Ahí va la primera de una serie de recetas del gran Juan Pérez Zúñiga, que no tienen desperdicio alguno... como cualquier vianda.
COCHIFRITO
Se procede a la busca y captura de un cabrito de buena familia. Se agarra un cuchillo y se le hace pedazos al animal. Acto seguido se proporciona uno ajos y perejil. Pica uno los ajos con cariño; y todos los objetos mencionados (excepto el cuchillo) se introducen en una cazuela, procurando que ésta no tenga ningún agujero en su parte inferior. Añádasele pimentón rojo. Después se le agrega en cantidad respetable aceite frito, que caerá suavemente sobre el cabrito de referencia, el cual recibirá además un poco de caldo y se dará por muy satisfecho. Todo ello en la indicada situación, será abandonado por el oficiante, para que, sobre lumbre poco fuerte, vaya haciéndose despacio. Llegada la hora del almuerzo y ya en la mesa el cochifrito, no quedan más que dos caminos: o comerlo o dejarlo.
miércoles, 21 de octubre de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario